Ya cumplimos un mes en esta Ciudad (Ciudad, así con mayúsculas, aun que algunos crean que estamos en un pueblo perdido al sur del mundo) y todo se ha ido dando lleno de "casualidades", he visto a gente muy querida que no veía muy seguido en Santiago, hemos compartido con ex compañeros de universidad, he salido con susto a pedalear bajo la lluvia pero sólo me he topado con el viento en contra, y el sol ha acompañado agradablemente nuestra "aclimatización" a la Patagonia... Y por si fuera poco, un eclipse solar anular se vio de manera privilegiada desde esta hermosa Región.
Pero hay una "casualidad" que me da vueltas y que puede definir un poco este movido mes en Coyhaique. Rodeado de un maravilloso paisaje como tantos hay por acá, en torno a una parrilla, con comensales de ambos lados de la cordillera y luego de conversaciones cargadas de recuerdos y puestas al día, el agua veleidosa arrastraba contra toda voluntad a una hue...joven. Asomaba su cabeza entre una corriente casi imperceptible desde la superficie, y con un hilo de voz iba río abajo pidiendo ayuda. "¡Manolo, se está ahogando!"...
Fue como un deja vu, recordar mi época en la Sexta o la pega veraniega de "Salvavidas" un un pituco condominio de La Reina, no lo pensé 2 veces y busqué la mejor manera de ser útil.. de ayudar... Corriendo orilla abajo, buscando un vado en el río, ropa fuera y "al agua pato". Abrazar a la niña que ya parecía entregarse al peso del agua y salir con la corriente a la orilla más cercana, donde unos pescadores me ayudaron para salir de la corriente. Todos atentos y nerviosos, mi hija y una amiga siguieron de cerca la maniobra y nos esperaban a ambos para abrigarnos ya que el sol se estaba escondiendo entre los cerros... Tarea cumplida, aplausos y felicitaciones anónimas, y los ojos de Florencia brillaban en una mezcla de susto, sorpresa y admiración.
Ahora van algunas de las casualidades:
1.- Ese día la temperatura estaba ideal para disfrutar en el agua... Nada raro para alguien del norte, pero algo bien poco común en las cercanías de Aysen.
2.- El sol se estaba escondiendo y para pasar el frío que empezaba a aumentar, hace muy poco rato no habíamos movido más hacia la orilla del río, dejando un poco de lado la parrilla y el fuego... .
3.- Pese a la alegría y emoción del encuentro... Yo no había tomado mucho durante la tarde.
4.- La niña sale caminando, consciente y agradecida... Menos mal no hubo tragedia ni nada por el estilo.
Y dudas sin respuesta fácil, que se suman a las casualidades:
1.- ¿Por qué una niña trató de cruzar un lago justo en la parte donde iniciaba su desagüe hacia un río?
2.- ¿Cómo, con la luz del atardecer, Naty pudo verla y darse cuenta de lo que pasaba?
Bueno, estábamos ahí: en el lugar, momento y con la lucidez precisa para tomar decisiones acertadas, que pese a las dificultades y a lo que dicta la normalidad, demostraron ser las adecuadas...Decisiones, que por sus resultados, nos entregan una linda razón para seguir celebrando....
Este último párrafo, no sólo lo escribo a propósito de la historia en el Lago Riesco, es el resumen de estos últimos meses de "los Sandoval Méndez". Es una más de estas "causalidades" que alumbran un camino que sin ser sencillo, nos invita a recorrerlo con confianza. Nada es porqué sí o por casualidad. Todo, interrelacionado como esta, es efecto de otras acciones. Cómo he venido leyendo y aprendiendo desde hace un tiempo, la gracia de la vida es evitar el sufrimiento y buscar la felicidad y propia y de los demás, y la mejor manera de alcanzar esa felicidad radica en nuestra actitud y las acciones que emprendemos: la mezcla perfecta, para que las "casualidades" sean de las buenas, es actitud positiva y acciones virtuosas. Hasta el momento, y pese a que cuesta mantenerse, estamos tras esa ecuación.
Pero hay una "casualidad" que me da vueltas y que puede definir un poco este movido mes en Coyhaique. Rodeado de un maravilloso paisaje como tantos hay por acá, en torno a una parrilla, con comensales de ambos lados de la cordillera y luego de conversaciones cargadas de recuerdos y puestas al día, el agua veleidosa arrastraba contra toda voluntad a una hue...joven. Asomaba su cabeza entre una corriente casi imperceptible desde la superficie, y con un hilo de voz iba río abajo pidiendo ayuda. "¡Manolo, se está ahogando!"...
Fue como un deja vu, recordar mi época en la Sexta o la pega veraniega de "Salvavidas" un un pituco condominio de La Reina, no lo pensé 2 veces y busqué la mejor manera de ser útil.. de ayudar... Corriendo orilla abajo, buscando un vado en el río, ropa fuera y "al agua pato". Abrazar a la niña que ya parecía entregarse al peso del agua y salir con la corriente a la orilla más cercana, donde unos pescadores me ayudaron para salir de la corriente. Todos atentos y nerviosos, mi hija y una amiga siguieron de cerca la maniobra y nos esperaban a ambos para abrigarnos ya que el sol se estaba escondiendo entre los cerros... Tarea cumplida, aplausos y felicitaciones anónimas, y los ojos de Florencia brillaban en una mezcla de susto, sorpresa y admiración.
Ahora van algunas de las casualidades:
1.- Ese día la temperatura estaba ideal para disfrutar en el agua... Nada raro para alguien del norte, pero algo bien poco común en las cercanías de Aysen.
2.- El sol se estaba escondiendo y para pasar el frío que empezaba a aumentar, hace muy poco rato no habíamos movido más hacia la orilla del río, dejando un poco de lado la parrilla y el fuego... .
3.- Pese a la alegría y emoción del encuentro... Yo no había tomado mucho durante la tarde.
4.- La niña sale caminando, consciente y agradecida... Menos mal no hubo tragedia ni nada por el estilo.
Y dudas sin respuesta fácil, que se suman a las casualidades:
1.- ¿Por qué una niña trató de cruzar un lago justo en la parte donde iniciaba su desagüe hacia un río?
2.- ¿Cómo, con la luz del atardecer, Naty pudo verla y darse cuenta de lo que pasaba?
Bueno, estábamos ahí: en el lugar, momento y con la lucidez precisa para tomar decisiones acertadas, que pese a las dificultades y a lo que dicta la normalidad, demostraron ser las adecuadas...Decisiones, que por sus resultados, nos entregan una linda razón para seguir celebrando....
Este último párrafo, no sólo lo escribo a propósito de la historia en el Lago Riesco, es el resumen de estos últimos meses de "los Sandoval Méndez". Es una más de estas "causalidades" que alumbran un camino que sin ser sencillo, nos invita a recorrerlo con confianza. Nada es porqué sí o por casualidad. Todo, interrelacionado como esta, es efecto de otras acciones. Cómo he venido leyendo y aprendiendo desde hace un tiempo, la gracia de la vida es evitar el sufrimiento y buscar la felicidad y propia y de los demás, y la mejor manera de alcanzar esa felicidad radica en nuestra actitud y las acciones que emprendemos: la mezcla perfecta, para que las "casualidades" sean de las buenas, es actitud positiva y acciones virtuosas. Hasta el momento, y pese a que cuesta mantenerse, estamos tras esa ecuación.
"El altruismo es un componente esencial de aquellos actos que de veras conducen a la felicidad genuina"
(Dalai Lama)
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