viernes, 25 de enero de 2019

2 AÑOS


El 25 de enero de 2017 llegamos a vivir a Coyhaique, con el auto cargado de cosas y el pecho lleno de emociones. Iniciábamos una nueva vida, cada uno de nosotros 3 (Florencia un poco obligada) y como familia. En este tiempo hemos hecho amig@s, iniciado o retomado actividades y rutinas. He tenido la maravillosa oportunidad de andar por la Región de Aysen de punta a cabo, maravillándome en cada lugar, por repetitivo que resultara.

Recibimos el apoyo y cariño de much@s, que no tenían porqué abrirnos sus puertas para hacer el aguante con nosotros. Acá en Coyhaiquito, pero también en Puerto Aysen y Lago Verde puedo encontrar personas que permitieron que los primeros meses (y aún hoy lo siguen haciendo) se hicieran mas llevaderos. 

Las visitas que, por casualidad o no, nos han pasado a ver, también llenan de energía el paso de estos 24 meses. Por vacaciones, trabajo o por vernos a nosotros, hemos visto pasar a varias personas que van dejando amor y experiencias, energía que ha sido fundamental para el andar por esta nueva vida. 


Esta Región, la Trapananda, es un lugar mágico, pero rudo. Con un clima intenso, con pocas redes familiares y sociales, con un  nivel de aislamiento que de vez en cuando se manifiesta en cosas tan cotidianas como querer arreglar un televisor o comer porotos granados. Las características de la región, de su poblamiento inicial y de su actual realidad, hace que su gente sea diferente a lo que uno imagina o conoce de otros lugares, y cuesta de buenas a primera establecer lazos de confianza.

Cada uno de estos 730 días he podido ir aprendiendo poco a poco de este lugar que hoy es mi hogar, nuestro hogar. No dejo de sorprenderme con la historia de estos lugares, tan distinta al resto de Chile. Los pueblos originarios nunca se establecieron definitivamente acá, los Aónikenk preferían recorrer toda la Patagonia que establecerse en lugares fijos. Los megaincendios que pese a su desastroso efecto en la naturaleza, permitieron el poblamiento promovido por la instalación de empresas ganaderas en estas tierras inhóspitas a principios del siglo XX. Coyhaique es una capital regional de sólo 89 años de existencia formal, con una hisoria bien confusa en cuanto a su Nombre original y fecha y lugar de fundación. Una región con una costa plagada de islas y sin muchas playas como se conocen al norte, con una Isla donde viven seres de otros planetas y/o dimensiones y otra Isla, que es el pueblo más antiguo de la Región. tiene un nombre de origen ruso (Sí, RUSO). Un territorio con solo 103.000 habitantes, con sólo 10 comunas y que tiene el record de tener la única provincia en chile sin un centímetro de pavimento en sus rutas inter urbanas

Es una de las regiones más grandes y menos intervenidas de Chile, donde más del 50% de su superficie se trata de Áreas Silvestres Protegidas, algo evidente ante tanta maravilla natural que nos rodea y nos sorprende a cada rato y en cada camino. Glaciares, Bosques, Pampa, Fiordos, Cordilleras, Arboles con colores inexplicables durante el año. Una Fauna silvestre que de cuando en vez se te aparece en la carretera o en la casa, y que te recuerdan a cada rato que los "invitados" somos nosotros y este es su territorio. Un lugar donde independiente de la fecha, puedes tener las 4 estaciones en un mismo día, y en donde he visto más arociris que en todo el resto de mi vida.

Acá vivimos hace 2 años... Sin embargo, desde hace un tiempo recibí un golpe duro, inesperado e inclemente. Las ganas de volver todo atrás, de buscar refugio en ese espacio de confort que de manera consciente decidimos dejar en Santiago, de reconocer la fragilidad de la existencia y pedir ayuda a gritos entre gente querida, aun es algo que aparece entre mis deseos. Pero, a riesgo que se enojen mis familiares y amigos, salir a caminar un rato, mirar el Mackay (o Divisadero, ya que hasta en eso no hay un acuerdo claro), o escaparme un fin de semana y ver el Ventisquero Queulat brillando bajo un sol veraniego, escuchar las Bandurrias en la plaza o a los Teros en los campos que rodean la ciudad, no tiene precio, y prefiero mil veces estar acá pasando por estos meses amargos. Si hay un lugar donde el dolor se transforme en oportunidad y la pena se convierta en aprendizaje, parece que al menos para mi, es este.

24 meses después, la familia tiene otra forma, ha pasado muuucha agua bajo el puente y sigo despertando en medio de este maravilloso lugar... Trapananda, gracias por recibirnos.

(Para quien se lo pregunte, la foto es del día en que llegamos a tomar desayuno a Coyhaique luego de 5 días de viaje donde pasamos por Pucón y Castro, para luego llegar en Barcaza a Puerto Cisnes)

"DEJA LA VIDA VOLAR"
 Debes ser el Cambio que Quieres ver en el Mundo

3 comentarios:

Unknown dijo...

Bello❣️

Unknown dijo...

Grande Manolo!! Hay que vivirlo para sentirlo!! Y tiempo al tiempo.. el que se apura en Coyhaique pierde su tiempo.. un abrazo

Paula dijo...

Admiración