Gracias al estrepitoso fracaso de nuestro, parchado y aun en proceso de mejoras, Transantiago, el tema del transporte público y los traslados urbanos de los chilenos se ha hecho un lugar común de columnas de opinión y de discursos e intervenciones de los más destacados representantes políticos. La sociedad civil no se ha quedado atrás en críticas, propuestas y reclamos. Entonces es un tema contingente que se presenta como una inevitable consecuencia de una ciudad que ha crecido de manera irracional y con una completa ausencia de planificación sustentable en su crecimiento. Esta humilde opinión viene a sumarse a la lista de las propuestas y de los emplazamientos directos a las autoridades pertinentes. No es más que manifestar una idea, hacerla pública y ponerla de manifiesto ante los ojos de nuestros vecinos y nuestras autoridades.
La inseguridad en la frecuencia de las micros, lo saturado del metro; obligan a buscar alternativas. El automóvil, pese a masificarse, es un recurso a disposición de quienes pueden pagar el gasto de combustible que implica su uso cotidiano.
¿Qué hacemos entonces?
Se ha visto que medios de transporte distintos a los mencionados, han comenzando a surgir como alternativas a esta problemática. La venta de bicicletas y motos se ha incrementado, los ciclistas urbanos son parte del paisaje normal de las calles de Santiago. Ya no son solo estudiantes, podemos ver ejecutivos, obreros, profesores y administrativos que arriba de sus “cletas” evitan el stress del transporte público y de los tacos matutinos, confiando en sus piernas y en su querida “bici” el camino a sus obligaciones diarias.
Pido que hagan estacionamientos municipales para bicicletas. Haciendo eco de una encuesta que el mismo portal en internet de la Comuna nos damos cuenta que el fomento del uso de la bicicleta, y articular dicho uso con el transporte público, se lograría con la implementación de estacionamientos o guarderías para bicis en las estaciones de metro. Pueden cobrar una tarifa por su uso, tener guardias o cuidadores, ser mecanismos automáticos de aseguramiento o solo disponer del lugar exclusivo para que cada uno asegure con su propia cadena la bicicleta. No estoy pidiendo, aunque son igualmente viables y bienvenidas, grandes tecnologías o inversiones gigantescas.
En lugar de los sui generis “GPS Humanos” o de 15 pendones de 2 metros por cuadra anunciando el beneficio de la nueva iluminaria pública, se podría pensar en algunos estacionamientos municipales para bicicletas. ¿O no?
Estos estacionamientos fomentan directamente el uso de la bicicleta, al ofrecer lugares exclusivos y seguros para poder dejar las “bicis”; y así combinar los traslados con el metro o las micros, o para dejar la bicicleta en lugares seguros mientras trabajamos, estudiamos o hacemos trámites. Nos olvidaríamos del “permiso, puedo engancharla acá”, o el irse rezando para que la “chanchita” este en su lugar a nuestro retorno. Muchos más sacarían sus bicicletas, dándole un respiro a la ciudad y mejorando además su calidad de vida. ¿No es eso labor de los gobiernos locales?, ¿Sólo hay dinero para publicidad de las “no sé cuantas” medidas cumplidas? ó ¿La Municipalidad no puede asociarse con la empresa privada para cofinanciar una medida de este tipo?
Soy ciclista y conozco la realidad de la que escribo, y puedo apostar (con pocas posibilidades de equivocarme) que una medida de este tipo sería bien recibida por la mayoría de los ciclistas; y que es viable en términos financieros y técnicos.
Reconociendo la función de la municipalidad, en tanto la institución encargada de “satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso económico, social y cultural de las respectivas comunas” no puedo más que depositar en ellos (nuestras autoridades comunales) esta inquietud y esperar (aprovechando la coyuntura electoral que se avecina) una pronta y satisfactoria respuesta.
MANU(el Andres) SANDOVAL (Baros)
una constante búsqueda....
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