En los Blogs de La Tarcera viene hoy un aticulo de Mario Waissbluth, de Ecudcación 2020; quien bajo el título: "Educación: ¿cómo viene la mano?" nos da señales de cuáles son las reformas de fondo que debiésemos esperar de la nueva autoridad, si es que su compromiso es real con la tarea de mejorar la calidad de la educación. Les entrego acá un resumen del artículo, el que pueden leer completo desde este enlace
En la educación, comienza señalando, "existen dos tipos de políticas educativas: aquellas que pueden generar conflictos porque afectan los intereses de algunos actores, y aquellas no conflictivas que benefician a muchos actores sin afectar intereses. Las políticas conflictivas, o más “duras de roer” suelen ser las que apuntan más directamente a mejorar la calidad educativa". Ejemplos tenemos varios, pero él se limita a señalar los siguientes:
a) "las normas orientadas a contar con docentes bien formados, remunerados e incentivados", lo que comúnmente se resume en la Carrera Docente;
b) normas "relacionadas con la formación, remuneración, procesos de selección, y sobre todo atribuciones de los directivos en la educación pública"; y
c) normas relacionadas "con la regulación y el aseguramiento de la calidad, ya sea en la formación de los docentes en las universidades, o en el desempeño de las propias escuelas y sostenedores".
Entre las otras "reformas “duras” - siempre más teñidas de disputas ideológicas - se ubican aquellas de carácter institucional y superestructural, como lo fue la Ley General de la Educación, o como lo será el proyecto de Ley de Fortalecimiento de la Educación Pública" entre otras. Pero se trata, pese a su relevancia, de medidas sin relación directa con "la calidad, cantidad y motivación de los profesores, y el liderazgo de los directivos respecto a sus comunidades de profesores, alumnos y apoderados".
Por otra parte estan las políticas no conflictivas (o “blandas”), como las que mediante "el aumento de recursos, generan aumentos de cobertura, infraestructura, equipamiento, libros y computadoras, asesoría técnica a establecimientos, etc". De estas sobran ejemplos, incluso en los "pre-anuncios programáticos del nuevo gobierno", como la promesa de "crear 50 liceos de excelencia, o duplicar el número de horas de deportes en las escuelas". Sin negar su aporte, este tipo de medidas (las blandas) tiene más que ver "con señales positivas al sistema político y la ciudadanía", que con la voluntad política profunda de mejorar la calidad del sistema educacional de un país.
Esto lo confirman lo "20 años de reformas mayoritariamente “blandas”", que "no han logrado hincar el diente de manera significativa en los problemas más graves de calidad, equidad y segregación en la educación... La suma de muchas reformas blandas sirve de poco si no viene acompañada de las reformas más duras, aquellas que siempre ha sido tentador postergar para el siguiente gobierno".
Por último, don Mario Waissbluth señala que cuando la nueva autoridad de educación anuncie las medidas que emprenderá, "tendremos una clara idea de por dónde viene la mano, y qué puede esperar cerca de un millón de escolares que hoy están entre kinder y cuarto básico, y que de seguir así las cosas, egresarán de secundaria sin entender lo que leen en 8 o 12 años más".
Esperemos qué pasará...¡¿Apuestas?!
MANU(el Andres) SANDOVAL (Baros)
...."Deja la Vida Volar"....
En la educación, comienza señalando, "existen dos tipos de políticas educativas: aquellas que pueden generar conflictos porque afectan los intereses de algunos actores, y aquellas no conflictivas que benefician a muchos actores sin afectar intereses. Las políticas conflictivas, o más “duras de roer” suelen ser las que apuntan más directamente a mejorar la calidad educativa". Ejemplos tenemos varios, pero él se limita a señalar los siguientes:
a) "las normas orientadas a contar con docentes bien formados, remunerados e incentivados", lo que comúnmente se resume en la Carrera Docente;
b) normas "relacionadas con la formación, remuneración, procesos de selección, y sobre todo atribuciones de los directivos en la educación pública"; y
c) normas relacionadas "con la regulación y el aseguramiento de la calidad, ya sea en la formación de los docentes en las universidades, o en el desempeño de las propias escuelas y sostenedores".
Entre las otras "reformas “duras” - siempre más teñidas de disputas ideológicas - se ubican aquellas de carácter institucional y superestructural, como lo fue la Ley General de la Educación, o como lo será el proyecto de Ley de Fortalecimiento de la Educación Pública" entre otras. Pero se trata, pese a su relevancia, de medidas sin relación directa con "la calidad, cantidad y motivación de los profesores, y el liderazgo de los directivos respecto a sus comunidades de profesores, alumnos y apoderados".
Por otra parte estan las políticas no conflictivas (o “blandas”), como las que mediante "el aumento de recursos, generan aumentos de cobertura, infraestructura, equipamiento, libros y computadoras, asesoría técnica a establecimientos, etc". De estas sobran ejemplos, incluso en los "pre-anuncios programáticos del nuevo gobierno", como la promesa de "crear 50 liceos de excelencia, o duplicar el número de horas de deportes en las escuelas". Sin negar su aporte, este tipo de medidas (las blandas) tiene más que ver "con señales positivas al sistema político y la ciudadanía", que con la voluntad política profunda de mejorar la calidad del sistema educacional de un país.
Esto lo confirman lo "20 años de reformas mayoritariamente “blandas”", que "no han logrado hincar el diente de manera significativa en los problemas más graves de calidad, equidad y segregación en la educación... La suma de muchas reformas blandas sirve de poco si no viene acompañada de las reformas más duras, aquellas que siempre ha sido tentador postergar para el siguiente gobierno".
Por último, don Mario Waissbluth señala que cuando la nueva autoridad de educación anuncie las medidas que emprenderá, "tendremos una clara idea de por dónde viene la mano, y qué puede esperar cerca de un millón de escolares que hoy están entre kinder y cuarto básico, y que de seguir así las cosas, egresarán de secundaria sin entender lo que leen en 8 o 12 años más".
Esperemos qué pasará...¡¿Apuestas?!
MANU(el Andres) SANDOVAL (Baros)
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