lunes, 7 de febrero de 2011

Un modelo de reciclaje para Santiago

En el sito "El Quinto Poder" (totalmente recomendado por cierto) aparece un interesante artículo que trata sobre el reciclaje y las metas futuras que Santiago se ha impuesto en la materia, señalando que la meta de Santiago es "reciclar un 25% de los residuos sólidos domiciliarios al 2020". Pero el punto a destacar es que a 10 años del plazo señalado, "no se tiene claro cuál será el tipo de modelo a seguir".

Se requiere poner especial atención a la hora de seleccionar el modelo de reciclaje que se implementará en las ciudades, ya que su elección determinará el nivel de complejidad, costos, y responsabilidades asociadas al mismo. Por ejemplo: el modelo tradicional "requiere altos niveles de inversión para las plantas de procesamiento, altos costos de mantención del sistema de recolección para los municipios y un alto costo público para reciclar materiales que no tienen mercado".

Este modelo "a la europea" implementado en nuestro país "significaría inevitablemente aumentar el costo para los gobiernos locales, los consumidores y un efecto negativo en la generación de empleo si consideramos los empleos destruidos en el sector informal (Ackerman,.2005)". Un caso puntual, para ejemplificar la situación, es el de Alemania donde "el reciclaje es altamente subsidiado por el gobierno regional"; vemos entonces que el modelo de reciclaje de los países desarrollados, como en europa, "pese a tener índices adecuados, son sistemas fuertemente subsidiados por el sector público y por lo tanto afectan otras prioridades sociales".

"Ahora bien, las ciudades desarrolladas no son las que más reciclan en el mundo... en ciudades de países en desarrollo el sistema de recicladores urbanos alcanzan tasas de reciclaje similares o superiores a las del mundo desarrollado (Wilson, 2006). Es más, ciudades como El Cairo o Mumbai poseen los índices de reciclaje más altos, cerca del 80% y sobre un 70%, respectivamente (The Economist, 2009). Estas ciudades reciclan más que cualquier otra ciudad del mundo desarrollado y el doble del promedio de la Unión Europea".

La pregunta cae de cajón: "¿a quién mirará Santiago para decidir qué tipo de sistema de reciclaje implementar? (pensando que es una determinación que está en la cabeza de las autoridades)".

Hoy en día en la capital reciclamos el "14.4 % de los residuos sólidos domiciliarios sin ningún sistema de reciclaje oficial o apoyo a la actividad". Entre todos los métodos de reciclaje (empresas recicladoras, puntos verdes y el famoso "cartonero") los "recicladores urbanos" son quienes "hacen la mayor contribución, reciclando un 70,1 % del total, generando, de paso, un importante ahorro al presupuesto municipal". Además, estos se convierten en el el mecanismo de reciclaje que genera más empleos sobre el salario mínimo, promoviendo oportunidades reales de movilidad social para ciudadanos con bajo nivel de calificación y en situación de pobreza (Navarrete, 2010). Esto ha llevado al mundo científico a catalogar a los recicladores urbanos como una de las pocas actividades realmente sustentables, permitiendo eficiencia económica, fomentando equidad social y un alto nivel de protección medioambiental (Medina 2001, 2007)".

Nuestros vecinos en América Latina han captado esta realidad y están "impulsando políticas públicas de dotación de recursos, apoyo y organización para el crecimiento de este modelo de reciclaje. Esto ha permitido una profesionalización y el aumento de las tasas de reciclaje".

Si nos topamos con que en Santiago la cosa fuera por el modelo europeo, entrearíamos en lo que el articulo denomina un "espiral de gasto público que no aseguraría una alta tasa de reciclaje. En el mejor de los casos obtendría protección del medio ambiente, una dependencia económica del sector público y un efecto negativo en la equidad social". A todas luces estaríamos frente a un modelo de reciclaje no sustentable.

Esa es la encrucijada de nuestras autoridades: "un caro modelo europeo de reciclaje o mejorar el eficiente modelo de algunas ciudades en vía de desarrollo".


Las mejoras a la segunda alternativa, van en la línea de eliminar sus externalidades negativas, como el trabajo infantil asociado, los bajos salarios, jornadas laborales largas, problemas de salud y dispersión de basura; que en muchos casos son una realidad de esta actividad.

El artículo de Pablo Navarrete, Secretario Ejecutivo Corporación Más Progreso, culmina con un claro llamado a la opinión pública a estar atentos a las decición que en los próximos meses deberá tomar el país, decisión que determinara su nos convertimos en una "sociedad de imitadores o innovadores en política ambiental". La autoridad "debe decidir si innova sobre la base de lo que tiene para conseguir sustentabilidad o gastarse sus recursos en hacer una copia a la chilena del modelo europeo"... Veremos ahora: de rial, chilian wei.

(enlace al artículo publicado en "El quinto poder"...)


MANU(el Andres) SANDOVAL (Baros)
...."Deja la Vida Volar"....

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