Hace unos meses escribí sobre un estudio chileno que concluía que el proyecto HidroAysén no es necesario, en términos de oferta y demanda energética de aquí al año 2025 (el artículo era éste). Estudiando al Sistema Interconectado Central (SIC) (que abastece a un 93% de la población) se determinaba que "al año 2025 se llegará a una generación total potencial de 180.000 GWh con los proyectos que se encuentran en ejecución y los que están en carpeta...sin embargo, según la proyección de la propia Comisión Nacional de Energía (CNE), a esa fecha el país sólo necesitaría 105.000 GWh al año".... O sea es bastante relativo lo de la futura sobredemanda de energía de nuestro aparato productivo, sin considerar incluso la tendencia mundial del consumo energético a la baja y el desarrollo de las Energías Renovables No Convencionales.
"¿Se necesitan represas en la Patagonia? Un análisis del futuro energético chileno" es el título del estudio citado (de Roberto Román, Felipe Cuevas y Pablo Sánchez de la Universidad de Chile) y el que podemos leer directamente desde acá... En esta misma dirección escribe esta semana Sara Larraín (ex-candidata presidencial y que hoy es Directora del Programa Chile Sustentable) en éste artículo publicado en El Ciudadano, bajo el título de "Minería e ineficiencia energética".
El artículo se basa en otro estudio: “Consumo de energía y emisiones de gases de efecto invernadero de la minería del Cobre de Chile”, realizado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) (y que podemos leer desde acá... Estudio en el que se puede constatar que "mientras los demás sectores de la economía y la población han hecho esfuerzos cuantificables por disciplinar sus consumos de electricidad desde 2006, la gran minería se ha encaminado desde entonces en sentido contrario, incluso tras la reducción de las exportaciones de metales a causa de la actual crisis económica internacional". Es decir la principal industria del país viene sistemáticamente elevando, de manera inorgánica e ineficiente, su consumo eléctrico, contraponiéndose a las declaraciones "de las principales confederaciones mineras (patronales), en cuanto al “compromiso del sector con la política del gobierno sobre eficiencia energética”".
El estudio demuestra "que las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción de cobre crecieron entre al año 2004 y el 2008 en 48% (de 11,5 a 17 millones de toneladas de CO2 en 2008)", lo que puede explicarse por "el déficit de abastecimiento de gas natural argentino y la consecuente expansión de los combustibles fósiles". Pero lo que no encuentra respuesta es que, "pese a la contracción de las exportaciones, la minería aumente su consumo de energía"; es más el mismo Banco Central muestra que la Minería en su conjunto el primer semestre de 2009 ha reducido su producción en un 4.8%.
Baja la producción pero el estudio citado muestra que e"n el Sistema Interconectado Central (SIC) el consumo de energía eléctrica destinada a la producción de cobre aumentó en 10,6% (de 23.235 Terajoule (TJ) en el 2004 a 25.701 TJ en el 2008). A su vez, el aumento en el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), para el mismo período, fue de 13,6% (de 34.470 TJ a 39.148 TJ)."
"La explotación minera no ha experimentado cambios estructurales cruciales en cuanto a inauguración de nuevos yacimientos o traslado de minerales, y el sector ha valorado públicamente el positivo estándar de pureza o ley de los minerales en los actuales yacimientos. En consecuencia, es dable que los ciudadanos exijamos una explicación al Consejo Minero (que agrupa a las 17 transnacionales del sector) y a la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), que hoy, con el argumento de los precios altos de la electricidad, financian campañas comunicacionales y de “lobby” político para que el fisco subsidie el desarrollo núcleo-eléctrico en Chile. El sector minero y la industria absorben cerca del 60% de la electricidad producida en Chile. Si a esto agregamos la ausencia de efectivas políticas de eficiencia energética, es razonable preguntar ¿para qué se solicita más energía?"
Hoy, para toda la humanidad, "la energía –al igual que el agua, el suelo y el aire- dejó de ser un insumo infinito y/o dable de producirse sin otro criterio que el comercial. Por el contrario, la producción de energía tiene conocidas implicancias ambientales, económicas y políticas". En este sentido, Sara Larraín señala que la experiencia muestra que es la eficiencia energética "la principal fuente de generación del país (con un potencial superior a lo estimado para el proyecto HidroAysén)". Hacer más eficiente el consumo, tanto el actual como el futuro, es la alternativa "de menor impacto ambiental y la que aporta más garantías de sustentabilidad para la sociedad, los ecosistemas y la economía".
Por esto el compromiso con la eficiencia energética (acompañado de discusiones realistas sobre las proyecciones de demanda futura) "debe ser real, y no limitarse a casos simbólicos, dables de promocionar en reportes mineros de sustentabilidad anual"... Una vez más estoy hablándoles de lo mismo: DESARROLLO SUSTENTABLE.
MANU(el Andres) SANDOVAL (Baros)
...."Deja la Vida Volar"....
"¿Se necesitan represas en la Patagonia? Un análisis del futuro energético chileno" es el título del estudio citado (de Roberto Román, Felipe Cuevas y Pablo Sánchez de la Universidad de Chile) y el que podemos leer directamente desde acá... En esta misma dirección escribe esta semana Sara Larraín (ex-candidata presidencial y que hoy es Directora del Programa Chile Sustentable) en éste artículo publicado en El Ciudadano, bajo el título de "Minería e ineficiencia energética".
El artículo se basa en otro estudio: “Consumo de energía y emisiones de gases de efecto invernadero de la minería del Cobre de Chile”, realizado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) (y que podemos leer desde acá... Estudio en el que se puede constatar que "mientras los demás sectores de la economía y la población han hecho esfuerzos cuantificables por disciplinar sus consumos de electricidad desde 2006, la gran minería se ha encaminado desde entonces en sentido contrario, incluso tras la reducción de las exportaciones de metales a causa de la actual crisis económica internacional". Es decir la principal industria del país viene sistemáticamente elevando, de manera inorgánica e ineficiente, su consumo eléctrico, contraponiéndose a las declaraciones "de las principales confederaciones mineras (patronales), en cuanto al “compromiso del sector con la política del gobierno sobre eficiencia energética”".
El estudio demuestra "que las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción de cobre crecieron entre al año 2004 y el 2008 en 48% (de 11,5 a 17 millones de toneladas de CO2 en 2008)", lo que puede explicarse por "el déficit de abastecimiento de gas natural argentino y la consecuente expansión de los combustibles fósiles". Pero lo que no encuentra respuesta es que, "pese a la contracción de las exportaciones, la minería aumente su consumo de energía"; es más el mismo Banco Central muestra que la Minería en su conjunto el primer semestre de 2009 ha reducido su producción en un 4.8%.
Baja la producción pero el estudio citado muestra que e"n el Sistema Interconectado Central (SIC) el consumo de energía eléctrica destinada a la producción de cobre aumentó en 10,6% (de 23.235 Terajoule (TJ) en el 2004 a 25.701 TJ en el 2008). A su vez, el aumento en el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), para el mismo período, fue de 13,6% (de 34.470 TJ a 39.148 TJ)."
"La explotación minera no ha experimentado cambios estructurales cruciales en cuanto a inauguración de nuevos yacimientos o traslado de minerales, y el sector ha valorado públicamente el positivo estándar de pureza o ley de los minerales en los actuales yacimientos. En consecuencia, es dable que los ciudadanos exijamos una explicación al Consejo Minero (que agrupa a las 17 transnacionales del sector) y a la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), que hoy, con el argumento de los precios altos de la electricidad, financian campañas comunicacionales y de “lobby” político para que el fisco subsidie el desarrollo núcleo-eléctrico en Chile. El sector minero y la industria absorben cerca del 60% de la electricidad producida en Chile. Si a esto agregamos la ausencia de efectivas políticas de eficiencia energética, es razonable preguntar ¿para qué se solicita más energía?"
Hoy, para toda la humanidad, "la energía –al igual que el agua, el suelo y el aire- dejó de ser un insumo infinito y/o dable de producirse sin otro criterio que el comercial. Por el contrario, la producción de energía tiene conocidas implicancias ambientales, económicas y políticas". En este sentido, Sara Larraín señala que la experiencia muestra que es la eficiencia energética "la principal fuente de generación del país (con un potencial superior a lo estimado para el proyecto HidroAysén)". Hacer más eficiente el consumo, tanto el actual como el futuro, es la alternativa "de menor impacto ambiental y la que aporta más garantías de sustentabilidad para la sociedad, los ecosistemas y la economía".
Por esto el compromiso con la eficiencia energética (acompañado de discusiones realistas sobre las proyecciones de demanda futura) "debe ser real, y no limitarse a casos simbólicos, dables de promocionar en reportes mineros de sustentabilidad anual"... Una vez más estoy hablándoles de lo mismo: DESARROLLO SUSTENTABLE.
MANU(el Andres) SANDOVAL (Baros)
...."Deja la Vida Volar"....
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